viernes, 29 de noviembre de 2013

UN CUENTO PARA EL AMOR.



   Escucha niña ... escucha, amor ...
   Se suele contar que hace muchos años, en el país de los duendes
se levantaba un palacio de cristal donde vivía una princesa
de cutis de porcelana y ojos de mar , envuelta en un chal  lavanda
primorosamente bordado en punto cruz con pequeñas piedras preciosas,
que desprendía un intenso perfuma de jazmines.
   La joven, bellísima, de frágil figura, romántica y melancólica,
añoraba a su príncipe azul. Lo imaginaba un caballero,
fino y elegante , montando un caballo alado, de blanco purísimo.
Cada vez que lo pensaba, se le escapaba el alma en un suspiro.
Su sueño se alimentaba de esperanza : un amor de luciérnagas.
Eso deseaba, uno para el otro, acurrucados en su luz.
Y empezó a sufrir. Su dolor era una flor que iluminaba 
su rostro, sobre el que caía lentamente la tristeza.
Los duendecitos le traían flores silvestres del bosque de abedules.
esas flores que crecían por pura costumbre, ya que nadie
las cuidaba.
   Te diré un secreto : uno de los duendes amaba con predilección
a la princesa y decidió salir en busca del príncipe.
   Emprendió un largo camino , cruzó un río de miel,
atravesó un bosque de árboles embrujados cuyas ramas
eran garras y sus ojos carbones hirvientes.
Se escondió de los lobos, los tigres y los leones , que estaban
prestos a devorarlo.
Pero ... ¿sabes una cosa ...? Nunca tuvo miedo porque 
llevaba con él la antorcha del amor.
Hasta que al fin, cuando la luna se reflejaba en las aguas
del lago de jade verde, el duendecito avisoró un palacio
muy parecido al suyo, aunque de diamantes.
¡Había encontrado al sueño de su princesa ...! sentía
el corazón escapándose del pecho.Se valió de sus poderes
mágicos , encantó al príncipe y éste ordenó enganchar los 
caballos . Iniciaron el regreso . los animales salvajes 
habían desaparecido. Cruzaron ríos de aguas azules
Los acompañaban pájaros de hermosas plumas rojas.
Pájaros de la felicidad.
Al llegar, vieron a la princesa esperando , 
con su cabello de ámbar suelto .
Toda la felicidad 
en su carita de angel., tímida y untada de ternura.
   Se miraron ... y se amaron ...La flecha de Cupido atravesó
sus corazones.
   Y fueron felices ... Lo que no sé es si comieron perdices.